Este fin de semana, Teresa y su familia encontraron un sapo corredor, de nombre científico: (Epidalea calamita), ya muerto. En realidad el hallazgo lo hizo el perro, que debió localizarlo.
El sapo corredor es el más abundante en nuestro territorio y es inofensivo, como todos nuestros anfibios, aunque tiene un poco de veneno en la piel, por lo que debemos lavarnos las manos después de cogerlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario